El eterno interrogante.Científicos y poetas, músicos y biólogos, hombres y mujeres, mojigatos y escépticos, absolutamente todos, desde que el mundo es mundo, se han afanado en responder a la gran pregunta: ¿qué es el amor?
Seguro que todos vosotros guardáis en vuestro windows cerebral una definición de amor más o menos bien fundamentada, tenéis o habéis tenido pareja, os habéis estremecido escuchando la cancioncita de turno, alguno incluso habrá leído algún libro de poesía;"es hielo abrasador, es fuego helado, es herida que duele y no se siente" decía el bueno de Quevedo.
Pues bien, tengo algo que comunicaros: todo eso que creéis cierto es una solemne gilipollez. Está mal, es mentira, ni hielo abrasador ni mariposillas, una trola como una catedral. He dedicado algunos años a investigar sesudamente este asunto y creo que he dado con la respuesta correcta; la definición cierta, exacta y definitiva de amor.
El amor es un frutero.
Pensadlo.Nos pasamos la vida tratando de encontrar a nuestra media naranja.¿Por dónde empezamos a buscar? Está claro, por las que ofrecen los mejores melones.Problema: nuestro platanito no está a la altura.Mala suerte.C'est la vie.
Ante la imposibilidad de ligar con cítricos de nuestra edad nos pasamos a las mandarinas.Principal incoveniente: padres con mala uva.
Es importante nunca desistir. La buscamos con la mirada en la discoteca ¡bingo!, ahí está, junto a la puerta...con su novio,buenos puños, seguro que es capaz de teñirnos el careto de un estiloso color berenjena.Conclusión: manzana prohibida.
Es triste. No hay más alternativa, nos entregamos a la soledad de las peras.
Con razón odio la macedonia.
Edu tienes futuro en esto...jajaja
ResponderEliminarUn frutero! jejeje
ResponderEliminarenhorabuena por tus escritos.
saludos
emma
Gústame! Así como o lin recordoume a un poema de Gioconda Belli que se chama "Amor de frutas".
ResponderEliminarAí vai.
Déjame que esparza
manzanas en tu sexo
néctares de mango
carne de fresas;
Tu cuerpo son todas las frutas.
Te abrazo y corren las mandarinas;
te beso y todas las uvas sueltan
el vino oculto de su corazón
sobre mi boca.
Mi lengua siente en tus brazos
el zumo dulce de las naranjas
y en tus piernas el promegranate
esconde sus semillas incitantes.
Déjame que coseche los frutos de agua
que sudan en tus poros:
Mi hombre de limones y duraznos,
dame a beber fuentes de melocotones y bananos
racimos de cerezas.
Tu cuerpo es el paraíso perdido
del que nunca jamás ningún Dios
podrá expulsarme.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarMe parece realmente bueno ese símil frutero-amor...y para que negarlo, razón no te falta!
ResponderEliminarMe borras los comentarios cerda!!!
ResponderEliminar