viernes, 1 de octubre de 2010
La belleza me causa pavor
Te quiero caricatura, sin óleos ni remilgos, sin texturas ni retratos amables. Quiero en tus macetas cardos borriqueros, en el cubo de la basura madreselvas patio de parásitos.
Te quiero reflejo en el arroyo, o bombilla en el trastero, te quiero menos luminosa, menos tú. Dime cómo ,si no, iba a yo a calmar este lacerante deseo del alma mía de convertirme en selenita y huésped de tus cráteres.
jueves, 16 de septiembre de 2010
Carta a Dios
domingo, 20 de junio de 2010
La odisea de decidir
Este momento de máxima trascendencia no entiende de escenarios y atrezzo, puede producirse en el momento y en el lugar más insospechado.Y lo cierto es que la vida no es como la pintan en el cine ¿Cuántas historias de amor no se habrán consumado mientras en la acera de enfrente una rata tuberculosa se come una cabeza de pollo pelado o un indigente se mete una raya de coca?En la pantalla todo luce más bonito, y lo que la magia del cinematógrafo se encargó de convertir en un beso de ensueño, fuera de los focos no es más que la grotesca convulsión de dos lenguas que quieren dejar de pertenecer a sus respectivas bocas.
Este instante rabiosamente determinante se me presentó hace escasos días.
Un sudor frío descendía por los rápidos de mi espalda, los dedos de los pies se me encogían al ritmo percutido por un corazón frenético y empequeñecido, y comprimidos en la garganta...los cojones.
Estaba contra la espada y la pared, ¡y cómo acongojaba aquella espada y cómo quemaba aquella pared importada del mismísimo Tártaro! Me sentí estúpido y me encomendé a Dios.No.Miento, me encomendé a Dios y me sentí estúpido.
Pensé aquello de "from lost to the river" pero era vender mi vida demasiado barata, en el río que tenía frente a mí chapoteaban animosamente criaturas de la peor de las calañas.
Me imaginé en el cementerio del olvido: yo rodeado de poemas que jamás cruzaron las fronteras del subconsciente, yo abrazado a los tiernos y todavía calientes cadáveres de unos niños víctimas de la sinrazón de la guerra, yo haciéndole los coros a un trobador que nunca nadie quiso escuchar.Yo en la inmensidad.
Y cuando todo estaba perdido y la esperanza yacía muerta y cubierta de estiércol hasta las cejas, lo vi.De repente todo volvió a recuperar su sentido y añorada razón de ser,pude recordarlo: "Mi madre siempre las había preferido con alas".
Cogí la caja de compresas,pagué y me fui.
sábado, 19 de junio de 2010
Epopeya nocturna
Yo, esforzado investigador, he experimentado los efectos desvastadores de esta técnica milenaria de puteo; a continuación os relato mi experiencia con el ánimo de que vosotros podáis sacar algo en limpio de mi desventura.
Todo rollete de discoteca empieza de la misma manera, con lo que yo llamo: ping pong de miradas, un juego tan antiguo como el tiempo. Te mira, la miras, ¿me estás mirando?, ojos al suelo,hay algo que se llama vista periférica, muñeca, no necesito mirarte para verte, ¡ups!me has pillado, la vuelves a mirar,te mira, sonrisa pícara; punto,set y partido.
Dejé que pasasen las horas y los litros de alcohol por su garganta, la paciencia del pescador solitario en la Laguna Estigia; esperar sin desesperar, ésa es la clave.
LLegó el momento, pude leer en su alma un montón de estados diferentes.La noté contenta, pizpireta, receptiva, accesible, pusilánime, inerme, descamisada, borracha, seminconsciente. Con toda mi fe me lancé tratando de imitar ese beso mágico e infalible que tantas veces había visto por la tele.
Con reflejos felinos repelió mi embestida: "You lose.GAME OVER".
A riesgo de perder toda mi elegancia y quedar ante vosotros como un amante de lo escatológico, voy a explicaros lo que sentí echando mano de una comparación, digamos, prosaica:En ese momento me sentí menos atractivo que ese mojón de perro color café reseco por el sol que colma las aceras en verano, ése mismo que está a caballo de la mierda y el yeso y que si pisas, lejos de adherirse al tenis, se quiebra en múltiples fragmentos pedregosos, produciéndote un profundo sentimiento de desazón. Todavía se me saltan las lágrimas cuando lo recuerdo.
De todos modos, si alguna vez os acontece esto, no os desaniméis. En estas situaciones ,como en muchas otras, se puede recurrir a la fuerza del argumento y de la dialéctica, hacer honor a Cicerón y obligarla mediante la "oratoria" a yacer en vuestra cama. Para ilustraros, sería algo así:
-Oye, quería comentarte algo.
Si ella todavía no ha huido contestará:
-Tú dirás.
A lo que tú respondes:
-Creo sinceramente que si no nos besamos el continuo espacio-tiempo puede estar en peligro. Me han contado que si nuestras lenguas no danzan al son de las sístoles y diástoles de nuestros corazones se abrirá, ineludiblemente, un boquete interdimensional que engullirá lo que hasta ahora conocemos como universo. A ver, que yo no es que me muera por comerte la boca, pero es el precio que hay que pagar para salvar a la humanidad. No sé como lo ves tú...
Lo más probable es que se quede obnubilada por tu fabulosa tesis o ,como me ha pasado mí, te responda con un contraargumento maestro e irrefutable:
-¡Plas! (La más descorazonadora de las onomatopeyas)
sábado, 29 de mayo de 2010
Mi tesis
Seguro que todos vosotros guardáis en vuestro windows cerebral una definición de amor más o menos bien fundamentada, tenéis o habéis tenido pareja, os habéis estremecido escuchando la cancioncita de turno, alguno incluso habrá leído algún libro de poesía;"es hielo abrasador, es fuego helado, es herida que duele y no se siente" decía el bueno de Quevedo.
Pues bien, tengo algo que comunicaros: todo eso que creéis cierto es una solemne gilipollez. Está mal, es mentira, ni hielo abrasador ni mariposillas, una trola como una catedral. He dedicado algunos años a investigar sesudamente este asunto y creo que he dado con la respuesta correcta; la definición cierta, exacta y definitiva de amor.
El amor es un frutero.
Pensadlo.Nos pasamos la vida tratando de encontrar a nuestra media naranja.¿Por dónde empezamos a buscar? Está claro, por las que ofrecen los mejores melones.Problema: nuestro platanito no está a la altura.Mala suerte.C'est la vie.
Ante la imposibilidad de ligar con cítricos de nuestra edad nos pasamos a las mandarinas.Principal incoveniente: padres con mala uva.
Es importante nunca desistir. La buscamos con la mirada en la discoteca ¡bingo!, ahí está, junto a la puerta...con su novio,buenos puños, seguro que es capaz de teñirnos el careto de un estiloso color berenjena.Conclusión: manzana prohibida.
Es triste. No hay más alternativa, nos entregamos a la soledad de las peras.
Con razón odio la macedonia.
domingo, 16 de mayo de 2010
Cosas que pasan
Qué obsesión con el tiempo y el espacio, ¡ malditos juntaletras! ¡queréis saberlo todo!La curiosidad mató al gato; al gato, al rinoceronte y al gamusino. No sé cuándo, ni dónde, ni por qué, pero sé que pasó y eso debería bastar.
¿Quién soy yo para dudar del testimonio de un borracho?Nadie, un mindundi; guapo y agradable,pero un mindundi al fin y al cabo.
No me habléis de veracidad.Veracidad es un dedo metido en el culo, un dedo frío y húmedo, ¿qué hay más veraz e incontestable que eso? Nada.
¿Queréis que lo cuente o no?La historia es bien simple. Unos colegas y un parque, un parque con bancos y árboles.Era de noche, pero no demasiado de noche, en la escala de lo nocturno y tétrico: un seis con cinco."Los zagales apacentaban sus almas y sus estómagos con bocaditos psicotrópicos" diría Antonio Gala, "los pavos se ponían hasta el culo de setas" diría alguien menos erudito y cristianoparlante. Risas,babeos.Olores son colores.La droga no tardó en hacer su efecto.Se les hizo tarde y se marcharon, "cada mochuelo a su olivo".
A las dos horas, uno de los chavales -al que llamaremos Antonio- contactó por teléfono con el resto de sus amigos diciéndoles lo que sigue: "¡Tíos!¡Venid rápido!¡Tengo un puto gnomo en casa!En serio,estoy acojonado.Veniros paquí ya".
Los colegas, al principio reticentes, no tardaron en acudir en su auxilio. Tamaña sorpresa. Antonio estaba arrodillado frente a un armario tirando lechuga en su interior." ¡Aquí está!Logré atraparlo, me imaginé que estaría hambriento".
Empujado por una rabiosa curiosidad, y con el pecho inflándose y desinflándose como el de un paquidermo herido,uno de los asistentes decidió abrir la puerta.
Silencio.Gritos ahogados.
En el suelo,con la cabeza sobre las rodillas, sollozaba un niño de apenas cinco años.El gnomo era un chavalillo asustado.
Es una buena historia. Hace que me pregunte cosas.¿ Por qué cojones Antonio dedujo que un gnomo come lechuga? ¿Cómo el niño-gnomo, o el gnomo-niño como vosotros prefiráis, iba a explicar a sus padres tal suceso sin que éstos lo tomasen por desequilibrado?
¡Por supuesto que yo no estaba allí! ¿y?¿Acaso vosotros sí estabáis para aseverar con tanta rotundidad que no ocurrió? Si por mi fuera esta historia iría en portada. Un titular enorme,letras gordas: "Los gnomos son en realidad niños bajitos".
Está bien.Acato la decisión, pero que sepáis que vuestro criterio es pésimo.A la mierda.