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domingo, 16 de mayo de 2010

Cosas que pasan

Qué obsesión con el tiempo y el espacio, ¡ malditos juntaletras! ¡queréis saberlo todo!La curiosidad mató al gato; al gato, al rinoceronte y al gamusino. No sé cuándo, ni dónde, ni por qué, pero sé que pasó y eso debería bastar.

¿Quién soy yo para dudar del testimonio de un borracho?Nadie, un mindundi; guapo y agradable,pero un mindundi al fin y al cabo.

No me habléis de veracidad.Veracidad es un dedo metido en el culo, un dedo frío y húmedo, ¿qué hay más veraz e incontestable que eso? Nada.

¿Queréis que lo cuente o no?La historia es bien simple. Unos colegas y un parque, un parque con bancos y árboles.Era de noche, pero no demasiado de noche, en la escala de lo nocturno y tétrico: un seis con cinco."Los zagales apacentaban sus almas y sus estómagos con bocaditos psicotrópicos" diría Antonio Gala, "los pavos se ponían hasta el culo de setas" diría alguien menos erudito y cristianoparlante. Risas,babeos.Olores son colores.La droga no tardó en hacer su efecto.Se les hizo tarde y se marcharon, "cada mochuelo a su olivo".

A las dos horas, uno de los chavales -al que llamaremos Antonio- contactó por teléfono con el resto de sus amigos diciéndoles lo que sigue: "¡Tíos!¡Venid rápido!¡Tengo un puto gnomo en casa!En serio,estoy acojonado.Veniros paquí ya".

Los colegas, al principio reticentes, no tardaron en acudir en su auxilio. Tamaña sorpresa. Antonio estaba arrodillado frente a un armario tirando lechuga en su interior." ¡Aquí está!Logré atraparlo, me imaginé que estaría hambriento".

Empujado por una rabiosa curiosidad, y con el pecho inflándose y desinflándose como el de un paquidermo herido,uno de los asistentes decidió abrir la puerta.

Silencio.Gritos ahogados.

En el suelo,con la cabeza sobre las rodillas, sollozaba un niño de apenas cinco años.El gnomo era un chavalillo asustado.

Es una buena historia. Hace que me pregunte cosas.¿ Por qué cojones Antonio dedujo que un gnomo come lechuga? ¿Cómo el niño-gnomo, o el gnomo-niño como vosotros prefiráis, iba a explicar a sus padres tal suceso sin que éstos lo tomasen por desequilibrado?

¡Por supuesto que yo no estaba allí! ¿y?¿Acaso vosotros sí estabáis para aseverar con tanta rotundidad que no ocurrió? Si por mi fuera esta historia iría en portada. Un titular enorme,letras gordas: "Los gnomos son en realidad niños bajitos".

Está bien.Acato la decisión, pero que sepáis que vuestro criterio es pésimo.A la mierda.

2 comentarios:

  1. Me gusta mucho tu primer post, espero que no te dejes vencer nunca por la pereza y sigas escribiendo. Te auguro un buen futuro como bloggero!

    Un saludo.

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